Flor dorada


 Caminando por la vida, me encontré con una delicada flor 

sus tonos eran tan excéntricos, que todos la podían ver 

pero sólo yo la pude observar 

Mi corazón se ligaba al suyo, abrazando todo aquello que la hacía dudar 

a lo lejos pude ver, algunos pétalos en sus pies

corrí a tomarlos sin querer, pretendiendo el placer de su risa querer

su aroma me invadía sin perder el ayer

mientras pensando solo murmuré, Señor, permíteme cuidar, de este tu placer. 

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